La piel es la primera víctima de la agitación hormonal de la adolescencia. Hay que cuidarla, sobre todo si se quiere evitar la aparición de puntos negros y antiestéticos. El tratamiento es sencillo: limpiar, purificar e hidratar.

Por la mañana y por la noche, limpiar el rostro con un gel, agua o espuma seborreguladora. A continuación, aplicar un tónico purificador y matificante, concentrándose en la zona T (frente, nariz, barbilla).

Y lo más importante, utilizamos cremas con texturas frescas y ligeras, con protección solar SPF 15, que nutren la piel y la protegen del sol, el principal agresor externo. Esto es lo primero que hay que hacer para proteger la piel a lo largo de los años.

 

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Antiarrugas para todas las edades de los 25 a los 35… Cuando empiezan a aparecer las arrugas


A partir de los 25 años, la piel se deshidrata más fácilmente. La renovación celular es menos activa (sobre todo si se es fumador o fiestero) y es el momento en que aparecen nuestras primeras arrugas. Así que pasamos al modo de prevención del envejecimiento o de protección de la juventud: ¡no es el momento de jugar con las palabras!

Nos exfoliamos regularmente para eliminar las células muertas, nos hidratamos en profundidad y, sobre todo, nos protegemos de la contaminación y del sol con productos de cuidado muy completos aplicados diariamente. Antioxidantes, reafirmantes y alisantes, estos tratamientos actúan contra los estragos del tiempo luchando contra la pérdida de tono y estimulando la renovación celular.